Fragmento de EMESH de Sebastián Gereda (Pág. 99)
El Azufre Blanco que había aparecido en forma de vapor blanco, luego debe reunirse con los residuos corporales para revivificarlo. De la boda alquímica entre el Azufre Blanco y el Mercurio, nace el Rebis Blanco o la Piedra Blanca. El Albedo culmina con la aparición de la Piedra Blanca o del cuerpo mental concreto (Neshama), aquí es donde recibimos la Luz de Binah o la Luz de Neshama. La Piedra Blanca o el Rebis Blanco se corresponde con la Plata, es decir, que el Rebis Blanco representa la culminación de la Obra Menor. Ver Figura 51.
Hay muchos términos que se refieren al Rebis Blanco o al nivel de consciencia de Neshama, se le dice Consciencia Lunar, Niño Lunar, Plata, Shejinah (Presencia Divina), Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo), Imma (Madre), etc.
El Rebis Blanco representa un primer nivel de perfección y de unión de los opuestos en la obra. Sin embargo, aún no alcanza el estado del Rebis Rojo o Piedra Roja (Piedra Filosofal), que simboliza la unión perfecta de los opuestos. Por este motivo, a la Plata o al Rebis Blanco, se le dice Piedra Filosofal semiperfecta.
El Rebis Blanco, al estar en relación a Binah y al Partzuf Imma o al “Rostro de la Madre”, como también a la Luna o la Plata, es evidentemente un Rebis de naturaleza femenina.
Aryeh Kaplan también habla sobre este punto en su comentario del Sefer Yetzirah (Pág 42): “El entendimiento [Binah] es el principio femenino, y es por consiguiente llamado “Madre”.
Hablar del principio femenino, es hablar de la Shejinah o la presencia divina y femenina de Dios. Este término también se suele asociar al Ruaj Hakodesh o al Espíritu Santo.
En la Biblia, más específicamente en el Génesis, aparecen varios personajes femeninos que en la Kabbalah Luriánica se asocian a la Shejinah. Según Luria, personajes como Sarah (la esposa de Abraham), Rebecca, Leah o Raquel representan distintas formas en las que se manifiesta la Shejinah.
En el cristianismo o en la Cábala Cristiana, el “Rostro de la Madre” se asocia a María, la madre de Jesús. Es decir que, para el cristianismo, María es una representación de la Shejinah, el Espíritu Santo o el Rebis Blanco.
Hay un cuadro de Rubens del 1628 que guarda una estrecha relación con la imagen del Rebis Blanco que aparece en el Rosarium Philosophorum. Ver Figura 52.
Ambas imágenes representan al Espíritu Santo o al nivel de consciencia de Neshama. La serpiente es una representación del mal, es decir, que ambas imágenes representan el triunfo sobre el mal o sobre el satán, el adversario.
La serpiente no es algo externo a nosotros, es nuestro lado más oscuro que debemos integrar para poder dominar. Por eso vemos a María pisando la serpiente, mostrando su dominio sobre ella.
Al Rebis Blanco o al Espíritu Santo se le dice también Niño Lunar, y se refiere al Niño Dios o al Niño Cristo, es decir, que la figura de Jesús como niño, es también una representación de este nivel de consciencia o este primer estado de iluminación.
Otro símbolo que también se suele usar para representar al Ruaj HaKodesh o al Espíritu Santo es la paloma blanca.
En un cuadro de la artista alemana Sulamith Wulfing, que se conoce como The Crystal, vemos al Niño Cristo dentro de un icosaedro. El icosaedro es el sólido platónico asociado al agua. El agua, como ya hemos visto, es el elemento que se asocia a Binah, al Rostro de la Madre y al cuerpo mental concreto (Neshama). Ver Figura 53.
Cada elemento, como cada nivel de alma, se puede asociar a un sólido platónico. Los 5 sólidos platónicos son 5 poliedros regulares (de caras iguales) que gobiernan las estructuras de todas las cosas, desde los átomos hasta las órbitas planetarias. Ver Figura 54.
La Tierra y el nivel de Nefesh se asocian al Hexaedro; el Aire y el nivel de Ruaj se asocian al Octaedro; el Agua y el nivel de Neshama se asocian al Icosaedro; el Fuego y el nivel de Jaia se asocian al Tetraedro; y el Espíritu y el nivel de Yejida se asocian al Dodecaedro.
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